LLega el momento de enseñar estos pequeños tesoros, que ocuparon parte de mi tiempo de vacaciones alguno de estos últimos años. Son los que han tenido la suerte de ser enmarcados, bien por ganas propias de ocupar un trozo de pared de la casa de los "papás" con algo que siento que es gracias a mi esfuerzo, bien porque a mi madre le apeteció darme una sorpresa eligiendo uno de tantos para llevar a enmarcar.
Los que os enseño esta vez son los que ocupan tres de las cuatro paredes que forman la sala de estar de casa. Os explico, más o menos, cómo está distribuída esta habitación:
Cuatro paredes (obvio), en la de la izquierda, arriba del sofá, encontramos el pu
zzle de un péndulo que mantiene a un bebé recién nacido. El nombre del puzzle era, si no recuerdo mal, "nuevo milenio" o "entrada al nuevo milenio", tiene 1000 piezas, y se trata, según mi opinión, de una metáfora que hace la autora de la fotografía original, Anne Geddes, sobre la entrada al nuevo milenio; dicho de otra forma, aparece un péndulo que marca las 23'59 horas, se supone que del año 1999, con un recién nacido durmiendo dentro del reloj. A mi parecer, el bebé es el nuevo milenio, que nacerá en cuanto el péndulo marque las 00'00 horas del año 2000. Probablemente no tenga nada que ver mi deducción con lo que la fotografía es en sí, pero me dio esa impresión cuando lo vi en la tienda, y lo compré.
En la pared del fondo, sobre el escritorio y al lado de la ventana, tengo un puzzle, también de 1000 piezas si no recuerdo mal, en el que aparece un gran faro rodeado de grandes olas, su nombre es "Ar Men", y el autor de tan espectacular fotografía, Guillaume Plisson.
Y, por último, en la pared de la derecha, vemos uno de los puzzles que más me gustan de todos los que he hecho, en el que aparece un sofá antiguo con cachorros de Labrador (el perrito de Scottex de toda la vida). El fondo es negro, y el sofá tiene tonos amarillentos, como de sofá viejo y roto, que contrasta con el color de los cachorros, y con el del marco que elegí, más sencillo que los del resto de puzzles.
En fin serafín, ésta es mi sala de estar, llena de puzzles, pero sin sobrecargarla, sólo con los justos para acordarme cada vez que los veo de cada verano.
¡Aeu!
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